Después de un viaje por la carretera del desierto, en la que no veo ni un rastro de vida, excepto un enrome casino en medio de la nada, que me sorprende…Aparece la ciudad de Las Vegas, como un espejismo ante mis pequeños ojos, no puedo creer la extensión de casa que hay en este desierto, no se puede explicar, es increíble, que en medio de este desierto haya esta vida, me pregunto, la de energía que hace falta para mover esta ciudad, y el agua, lo que supondrá abastecer de agua a Las Vegas, es algo desproporcionado, y no solo por que yo sea muy pequeña, los ería incluso para un gigante.
Es sobrecogedor, por que es un cúmulo de estímulos durante 24h para hacer todo lo prohibido en el resto de estados, prostitución, alcohol en la calle, fumar dentro de todos los casinos, no hay restricciones, parece la ciudad en la que todo vale, ahora entiendo “what happens in Vegas stays in Vegas” así que no os puedo decir más.
En la ciudad que nunca duerme y en la que todo lo que deseas lo puedes comprar, viví una noche que se quedará mi recuerdo, una noche crazy, unos ojos que me hechizaron caí en sus fuertes y musculosos brazos, una envolvente voz, una canción que me acompañará el resto del viaje, el destino nos unió aquí, y el destino nos separa, pero quiero pensar que nos volverá a juntar en algún momento para siempre, el resto…se queda en Las Vegas.
Me llevo esta imagen de recuerdo.