INDIA
Marzo 2012
De nuevo ha pasado mucho tiempo desde la última vez que os escribí.
Los olores de la ciudad se mezclan entre aguas estancadas, puestos de comida callejeros que huelen a fritangas, leche cociéndose en marmitas gigantes, con un cierto olor agrio, la basura se amontona por cualquier rincón, mezclando su emanación de vapores con las “casa de vaca”, de perros, humanas (en especial en las callejuelas de Old Delhi) esto a veces se hace insoportable, pero tengo que decir que por suerte este no es el olor que uno percibe desde que sales a la calle.
Después de todo, el olor no ha sido tan horrible, es mucho pero el caos de la circulación, en las calles se mueven todo tipo de vehículos o supuestos vehículos, sin orden aparente, es sobrevivir en el asfalto como sea. Aquí se debe circula por la izquierda, pero eso no es inconveniente para que si alguien necesita circular por la derecha por su conveniencia así lo hagan, las bicis, los riksaw, tuk-tuk, motos, carros con burros, con caballo, bacas, o camellos se esquivan unos a otros, en un incesante barullo causado por las voces y los claxon que no paran de sonar, es increíble, creo que no sabría conducir si no lo tuvieran, en este caos las personas se deben mover como puedan ya que las calles carece de acera, por lo tanto es un constante sobresalto, para, pasa coche, para, vaca, pasa, moto, y en ese jaleo el turista que de por sí está en un ambiente bastante “hostil” deben esquivar a los vendedores que intenta captar clientes, los riksaw que va a tu paso para intentar ofrecerte a un precio desorbitado una visita a la ciudad.
He hecho un recorrido por la provincia del Rajastan, dicen que la zona más romántica y más profunda India, he visto el desierto, los palacios de los Maharajas, y he descubierto que la historia pasada aun impregna en cierto modo sus calles, templos, y caminos, sus gentes y costumbres.
Me pregunto a dónde van, de dónde vienen?, siempre hay gente, en cualquier pueblo o ciudad que cruzo hay miles de personas, sentadas en la calle, en medio de una rotonda, esperando algo, o tal vez esperando que pase el día, no lo sé.
Hoy lo dejo con estas reflexiones.
Marzo 2012
De nuevo ha pasado mucho tiempo desde la última vez que os escribí.
Espero que de aquí en adelante no vuelva a pasar tanto tiempo, y que ningún cangrejo, ratón o quien quiera que sea me desbarate lamente y me tenga apartada de vosotros tanto tiempo.
Os escribo desde el India, si amigos, he llegado a India, tras 280 viajando, aprendiendo, conociendo gente, descubriendo lugares y poniéndome a prueba a mi misma he llegado a uno de los sitios del mundo que más me apetecía descubrir, creo que es un país lleno de misterios, una cultura ancestral, milenaria, y desconocida en muchos aspectos para occidente.
Tengo que decir que no todo lo que imaginaba de India es tal y como lo imaginaba, la realidad es muy diferente, se que todo el que viaja a India dice que esto no deja indiferente, para bien o para mal, no pasas por India y te vas sin sensaciones dentro de ti.
No sé por dónde empezar, tal vez por decir que no es verdad que cuando llegas India huela a curry, o al menos no solo huele a curry.
Hay mucho olores en el ambiente, hay un olor especial en los lugares cerrados, hoteles, restaurantes, tiendas, huela a incienso, a te, a tabaco, una mezcla de olores dulces e intensos, se meten dentro de mi nariz de ratita, y me acompañarán todo el viaje.
Hay un olor especial en las calles, donde la polución es tal que casi no percibes muchos, a veces esto es una ventaja. Es difícil respirar con normalidad, especialmente en Delhi.
Los olores de la ciudad se mezclan entre aguas estancadas, puestos de comida callejeros que huelen a fritangas, leche cociéndose en marmitas gigantes, con un cierto olor agrio, la basura se amontona por cualquier rincón, mezclando su emanación de vapores con las “casa de vaca”, de perros, humanas (en especial en las callejuelas de Old Delhi) esto a veces se hace insoportable, pero tengo que decir que por suerte este no es el olor que uno percibe desde que sales a la calle.
Después de todo, el olor no ha sido tan horrible, es mucho pero el caos de la circulación, en las calles se mueven todo tipo de vehículos o supuestos vehículos, sin orden aparente, es sobrevivir en el asfalto como sea. Aquí se debe circula por la izquierda, pero eso no es inconveniente para que si alguien necesita circular por la derecha por su conveniencia así lo hagan, las bicis, los riksaw, tuk-tuk, motos, carros con burros, con caballo, bacas, o camellos se esquivan unos a otros, en un incesante barullo causado por las voces y los claxon que no paran de sonar, es increíble, creo que no sabría conducir si no lo tuvieran, en este caos las personas se deben mover como puedan ya que las calles carece de acera, por lo tanto es un constante sobresalto, para, pasa coche, para, vaca, pasa, moto, y en ese jaleo el turista que de por sí está en un ambiente bastante “hostil” deben esquivar a los vendedores que intenta captar clientes, los riksaw que va a tu paso para intentar ofrecerte a un precio desorbitado una visita a la ciudad.
En definitiva no es fácil moverse por la ciudad.
Y una cosa más que para una ratita pequeña como yo ha sido algo difícil es tener las miradas constantes de todo el mundo sobre una. No tiene reparo en mirar de forma descarada, las mujeres incluso se dan codazos para avisarse unas a otras y no miran, “escanean” descarado!!! Los hombres miran de forma fija, tampoco nada disimulo, y estos hay que decir que son una gran gran mayoría, puedes pasear por las calles sin encontrar una mujer, los hombres atienden en los hoteles, desde la recepción a la limpieza, si es que la hay, en los restaurantes, en las tiendas, ellos están en la entrada de los templos, de los monumentos, a veces se hace difícil, es raro no poder tratar con ninguna mujer. Ellos se acercan, preguntan de dónde soy, mi nombre, no por el hecho de ser mujer, se acercan igual a los hombres, pero no he conseguido hablar con ninguna mujer en India.
He hecho un recorrido por la provincia del Rajastan, dicen que la zona más romántica y más profunda India, he visto el desierto, los palacios de los Maharajas, y he descubierto que la historia pasada aun impregna en cierto modo sus calles, templos, y caminos, sus gentes y costumbres.
Me sorprende ver que los hombres, aunque no todos, han adoptado las costumbres occidentales de la ropa, aunque la moda vaya con cierto retraso, pero las mujeres, en especial en Rajastan, no llevan ropas occidentales, visten sarees incluso cuando trabajan en el campo, cuando llevan pesadas cargas sobre sus cabezas.
Desde luego esto llena de color los áridos paisajes del desierto, en la carreta, cuando no parece haber ningún lugar habitado en muchos kilómetros ves gente caminando entre el polvo que levantan los camiones. Destacan los turbantes de colores vistosos contrastan con las ropas blancas, o que un día lo fueron, que llevan ellos, y los sarees de vistosos colores de telas vaporosas, con pedrerías o cintas brillantes, pulseras y pendientes de ellas.
Me pregunto a dónde van, de dónde vienen?, siempre hay gente, en cualquier pueblo o ciudad que cruzo hay miles de personas, sentadas en la calle, en medio de una rotonda, esperando algo, o tal vez esperando que pase el día, no lo sé.
Me sorprende ver tanta gente en la calle, a todas horas, todos los días de la semana.
Y para no aburriros más, lo último, pero tal vez lo que más me impacta, los niños!!! Hay niños por todas partes, es difícil explicar esto sin tener yo misma pensamientos enfrentados, y os dejo que vosotros opinéis según os parezca y si queréis lo compartáis conmigo. Por un lado siento mucha pena, me parte el alma cuando niños de tal vez seis años o menos se acercan a los coches pidiendo, llevando a otro más pequeño en brazos, ambos mugrientos, descalzos, tan tan sucios…, tienen unos enormes ojos negros, una mirada penetrante pero triste al mismo tiempo, y me pregunto, serán ellos felices? No puedo evitar pensar en las personas que hay detrás de los, tal vez por causa del cne que nos ha enseñado eso, no puedo verlo de otro modo.
Algo diferente es cuando veo a los niños en la calle, jugando, igual de sucios, con mocos, y la mayoría con aspecto de malnutrición, pero los veo sonreís, corren y juegan, y si pasa algún turista le piden dinero, también, pero en estos niños veo algo diferente, porque son libres, lejos de las exageradas normas de nuestros niños, la sobreprotección en algunos casos, pero aun así, a pesar de que hoy sean libres y felices, que será de ellos mañana???
Se que no debo caer en el tópico y pensar “nuestra vida llena de comodidades y los es mejor” no, esto va más allá, pienso en la salud de esos niños, pienso en la vida que pueden tener cuando tengan 15 años, 18 años.
Hoy lo dejo con estas reflexiones.
Gracias por estar al otro lado.